Esta banda es una de mis favoritas esta al pedisimo, una especie de Beatles
con un toque de rock chingon con letras que te dicen desde el estado de animo asta la mas cabrona esquisofrenia, recomendable al 100 banda descargennlo disfruten y despues vayan a comprar el original.
EUFEMIA
con un toque de rock chingon con letras que te dicen desde el estado de animo asta la mas cabrona esquisofrenia, recomendable al 100 banda descargennlo disfruten y despues vayan a comprar el original.
EUFEMIA
Aquí hay, notablemente, dos discos
diferentes en uno solo, en cuanto a estructura musical se refiere. Por
un lado, los cortes western que le dan otro sabor a la producción,
plenos de tintes blueseros, y por otro, el más puro estilo roquero,
disparado con riffs rudos que demuestran por qué esta banda sigue dando
material “para chismear”. Sin embargo, con todo y sus dos polos, el
conjunto no está desconectado. Para calentar motores el álbum inicia con
“Dos años”, en medio de una intro que nos muestra un condensado del
total de la producción: Con guitarras que recuerdan de pronto a los Austin TV, entre toques western y blueseros, y otros más bien alejados de esa influencia oeste.
“Látigo” inicia
propiamente el trayecto en medio de los dos moods del disco, con
arreglos que recuerdan bastante a ese también comentado y reseñado Compresor, su álbum anterior. “Forastero” es el sencillo con el que Eufemia
ha promocionado este disco, mismo que de pronto te deja la impresión de
que la placa es enteramente western. La rola, no obstante, está bien
construida, respetando las pautas que exige el género: habla de
esperanzas generacionales en un tono melancólico pero bailable y
sabrosón.
“Red” es un tema
que está del otro lado, completamente roquero y que de primera
intención, nos toma desprevenidos al continuar a “Forastero”, sensación
que se esfuma al sonar las primeras líneas del texto que conforma la
canción. Debo decir que en esta división de dos discos, “Red” es la que
mejor ejemplifica la contraparte al disco uno; sin decir con esto que un
rock más puro es la contraparte solamente del western, para que no se
me vayan encima los fundamentalistas. En “Fatal” seguimos la misma
línea; un rock rasposo, ácido, con letras todavía más cáusticas. Sin
salirse de la temática romántico-agresiva, “Fatal” también mueve cabezas
y caderas.
“Mordiendo el
polvo” retoma esos aires blueseros que construyeron la columna vertebral
del rock. Y cual debe ser, la pieza es dolorosa y con mucho “feeling”,
haciendo las veces de puente entre los dos discos, “Mosquito”, el track
que le da nombre al álbum, me parece una rola sin pena ni gloria. No
así pasa con “Saika shiori”, canción corta pero contundente, que
transita asimismo en este laberinto de conexiones, con una temática en
apariencia desconectada del resto del álbum, cantado siempre en primera
persona.
En “Conecta el
micrófono”, vamos de vuelta a la vibra rocker. Finalmente, los tres
últimos tracks, con letras breves, me parecen una serie de viñetas,
dispuestas absolutamente para una ambientación cinematográfica. Mas
western que nunca, “Murciélagos” es la parte uno de esta serie de
viñetas. Música breve y efectiva, apostando a la fuerza de lo básico. En
“Somos carga”, tenemos un ante-postre (¿existe eso?) roquero, el cual
transcurre sin grandes cambios ni muestras innecesarias de arreglos
extremos. Homogénea, incluso romántica, no suena tan melosa con esa
música de fondo. Es una preparación para el final, con toques menos
rudos, de pronto poperos, lo que le da cierta dulzura y candidez.
Finalmente, en
“Un lobo” regresamos a la vibra del oeste; en el fondo, un acantilado,
tercera viñeta de estos tracks. Como la noche, la rola es un poco ácida y
solitaria, lo que nos deja con un sabor de boca más bien agridulce ante
el final del álbum. Acompáñese con un buen trago de whisky, y nada de
llorar…
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